Sierra Quilamas, Ruta La Palla
La Sierra de Quilamas es un espacio natural protegido, al sur de la provincia de Salamanca, en ella podemos encontrar bosques de robles y encinas, además de vegetación arbustiva mediterránea. Este espacio es además un
lugar de interés faunístico donde coexisten el buitre negro, la cigüeña
negra, el halcón peregrino, el águila culebrera, el águila real, el
alimoche y el buitre leonado entre otros.
El nombre de Quilamas procede del árabe, Quil'ama, hija del rey bereber Táriq Ibn Ziyad de Tánger, que había invadido la península y que estaba poniendo fin al reino visigodo de Toledo.
Cuenta la leyenda que Don Rodrigo, último rey visigodo, viendo la hegemonía bereber y traicionado por los suyos decide retroceder y huir, llevandose consigo a la hija de su enemigo y los tesoros que guardaba de la corte. Para resguardarse, deciden ir hasta la Sierra de Francia donde se ocultan.
Allí se construyen un castillo e innumerables pasadizos que llevaban a un palacio bajo la fria piedra de la sierra o hasta el cauce del rio La palla para abastecerse de aguas. Táriq junto a Don Julían insistieron en su afrenta y asediaron el Castillo Viejo de Valero, donde Don Rodrigo se ocultaba con su amada. Sin embargo, ésta , no pudo con su pesar de saber que sus dos amados hombres, padre y esposo luchaban por ella, muriendo de pena al no poder unir lo que tanto odio había separado.
Cuando Rodrigo se enteró de su desdicha, rajó el lino de su camisa y
ordenó poner el cadáver de Quil'ama junto al grandioso tesoro de
Alarico. Sus dos bienes más preciados descansarían juntos y nadie los
encontraría jamás. Enterrados en lo profundo de la piedra hasta que
Cristo o Allah la resucitara para llevarla a su lado. Y ordenó que la
entrada fuera tapiada con piedra, y maldijo a quién se atreviera a
buscar sus tesoros en la montaña.
Todavía hoy en los alrededores hay aldeanos que dicen escuchar la pena que la mora desdichada dejó por la sierra, incluso hay quien la ha visto vagar por sus riachuelos vagando como alma en pena.
Dejando atrás histórias y leyendas nos dirigimos hasta el inicio de nuestra Ruta, dejando atrás el pueblo de Valero, nos adentramos en la serpenteosa carretera que nos lleva hasta Puentes de Alagón, aunque pararemos antes de llegar a este pequeño municipio.
El inicio lo hacemos junto al cruce que hay entre el arroyo de la Palla y el Rio Alagón, donde una peña y a su pie una piscina natural nos indica que allí pudo estar el famoso castillo del rey visigodo.
No es dificil encontrar la entrada a la pista forestal, que nos adentra poco a poco en la sierra entre encinas y colmenas. El camino se hace ascendente en todo su trayecto, siguiendo el curso del arroyo La Palla, y elevandonos por la ladera de la montaña.
Nos movemos entre los 700 y 800 metros de altitud, aunque la pendiente no es muy acuciada si que vamos notando el peso de la calor (si lo hacemos en verano) y los desniveles del terreno. No obstante la dificultad es baja o media según el tramo y las vistas impresionantes del valle que forma el arroyo.
Nuestro destino son las Chorreras del Tocón, justo debajo de la Peña del Horcón ya en Garcibuey, poniendo punto y final a nuestro recorrido, siendo este en una sola vía por lo que volveremos por el mismo camino, está vez descendiente, lo que facilita su llegada y se disminuye el tiempo de vuelta.
A la vuelta podemos disfrutar de un merecido descanso en la piscina natural de Valero, donde se reunen tanto los paisanos de Valero como los visitantes para refrescarse en las frias aguas del Rio de las Quilamas. Como opción y a la vuelta podemos hacer una parada en Linares de Riofrio, localidad cercana a Valero, donde podemos pasar una buena tarde por su casco urbano y entorno natural.
Distancia: 3 km
Duración: 45 min aprox.
Dificultad técnica: Baja. Un solo sentido
Señalización: No.
Acceso: Fácil.
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